Por distintos motivos, la mayor parte de hosteleros prefieren los cubitos macizos. Virtudes a parte, lo que está claro es que son mucho más difíciles de fabricar que los que tienen uno o más agujeros.
La cubiteras de hielos macizo son mucho más sensibles a las acumulaciones de cal que las otras y, muchas veces, nos encontramos con locales que sirven bebidas con cubitos completamente huecos.
Normalmente el sistema de fabricación consiste en unos surtidores que riegan, en forma de abanico, unas cubiteras colgadas cabeza abajo. Poco a poco el agua se va solidificando y se forma el hielo. El problema viene cuando un poco de cal nos tapona el surtidor o desvía el curso del agua. Aquellas cubiteras donde no llega correctamente el agua se quedan con el cubito a medio hacer.
A parte de los cubitos huecos (que se deshacen más rápidamente), también provoca un aumento de consumo eléctrico y de agua para fabricar los mismos kg de hielo.
Por suerte, es fácil de solucionar. Sólo tenemos que limpiar la máquina con una solución de agua caliente y ácido cítrico. Si tenemos suerte quizá incluso incorpore un interruptor para desconectar el sistema de frío, si no, tendremos que llenar la cubeta y provocar la circulación de la solución por el circuito sin que funcione el sistema de frío.
Cuando esté limpio de cal, debemos renovar el agua y enjuagar bien la máquina.
Luego podemos aprovechar para desinfectar la máquina. El procedimiento es el mismo, pero mezclando agua con lejía apta para el agua de boca.
¡IMPORTANTE!
¡Nunca se debe mezclar la lejía con productor ácidos, ya que puede provocar vapores tóxicos! Leed siempre las etiquetas de los productos químicos y respetad las instrucciones de uso.
Y ya que estamos puestos, una buena limpieza del condensador nos ahorrará unos euros en consumo eléctrico y acelerará la producción. Os explicábamos cómo hacerlo en este enlace
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