Todo aquel que trabaje en una cocina debería conocer los peligros de una freidora y como actuar en casos de peligro.
Como siempre, la prevención es el mejor remedio. No hay que aprovechar los aceites cuando han empezado a descomponerse (lo notaremos por el humo) ni trabajar a temperaturas superiores a 190ºC (acelera la descomposición). Debemos filtrar frecuentemente el aceite y limpiar la cuba para evitar que los residuos lleguen a la fuente de calor. Cuando limpiamos la máquina debemos revisar que las sondas de temperatura estén en su sitio y que no se aprecien tubos sueltos. También debemos controlar el agua que se acumula en la zona fría de la freidora y evitar que llegue a la fuente de calor, si esto ocurriera, se produciría la erupción que la mayor parte de cocineros ya conocen y que es tan peligrosa.
Si, aún con las precauciones, se genera un incendio en la freidora, debemos tener en cuenta que es un recipiente lleno de aceite y nunca debemos tirar agua! Debemos conservar los nervios y parar la fuente de calor (sea gas o eléctrica), luego hay que parar la extracción de humos para evitar que la campana estire y avive el fuego. Y para sofocar las llamas, taparemos la freidora con la tapa correspondiente y ayudándonos con un trapo húmedo que no gotee si hace falta. Si esto no funciona, nos podemos ayudar de un extintor, pero cuidado, no sirve cualquiera, ya que debe ser apto para fuegos de la clase K.
Si aún así, el fuego se descontrola, volveremos a encender la campana para evacuar los gases de la combustión y evitar intoxicaciones por inhalación de humos.
Evidentemente, si las primeras acciones de urgencia no dan un resultado inmediato, avisaremos a los bomberos y evacuaremos el local con celeridad.
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